Otra mañana en Flores, otra carretera y otra moto. La vida sigue dentro de la normalidad.
Estamos en Riung. Es una ciudad que no tiene mucho que ofrecer, salvo dos cosas que la hacen un poco especial.
La primera son unos campos de arroz un tanto especiales. Nos cuesta un poco encontrarlos, casi nadie habla inglés, pero al final, tras mucho preguntar y algunas risas, los encontramos. Son muy curiosos y únicos en el mundo. Son terrazas que se asemejan a una tela de araña y que se unen en un punto central. Parece ser que tienen que ver con la forma de los tejados de las casas tradicionales, pero decir que tienen forma de tela de araña es más molón.
La segunda y más mundial si sabe, es el hallazgo en la zona hace un par de décadas, del conocido como "hombre de flores". Parece que hasta hace relativamente poco (en términos arqueológicos) en la isla vivía una especie de humano aislada tanto física como evolutivamente. Es decir, que no provenía de las mismas raíces que nosotros sino que se trata de otra rama evolutiva de homínidos. Se le conoce coloquialmente como "el hobbit" porque tenía poco más de 1m de altura y los pies grades... y se acababa de estrenar "El Señor de los Anillos" en el cine, que todo influye, claro.
El caso es que, será un hallazgo arquelológico del recopetín, pero no hay ni una triste indicación para llegar. Guiados por una sola referencia del nombre de la aldea cercana a la cueva del hallazgo, recorremos con la moto cerros, valles, aldeas y cuando estamos a punto de darnos por vencidos encontramos el inicio de un camino que, nos promete un paisano, nos llevará a Liang Bua.
Tras 5kms de largo descenso de 600mts de desnivel (cuesta infinita), recibimos el cariño de la gente. Pocos turistas van por allí. Nos cruzamos con 200 niños que volvían del colegio, no exagero, debe haber 5 por cada adulto que nos cruzamos. Todas las edades entre 8 y 12. Se vuelven literalmente locos, nos rodean, chillan, me chocan las manos, se me cuelgan de los brazos, pellizcos, de todo... "¡Bule! ¡Bule!" pensamos que es un saludo local, luego descubrimos que significa "hombre blanco"... así están las cosas.
Llegamos a la cueva, está cerrada con alambre de espino, pero de la nada aparece el encargado del museo y por un módico precio la abre y nos la enseña. Durante más de una década, un equipo internacional, viene 2 meses al año a escavar en la cueva y se ven señales de la actividad.
Vista la cueva, pasamos al mini-museo. Ahí se destapa la farsa... ¡El hombre de flores es una mujer! ¡La mujer de flores! "Flo", para más señas. Florita (imagino) para los amigos.
Hace calor... arrastramos nuestros culos cuesta arriba mientras pensamos en la historia de Flo.
¡Bule! ¡Bule!
Impresionante cueva, impresionante excursión. A seguir disfrutando, un abrazo
ResponderEliminarVíctor eres un grande!!! Gracias por compartir tus viajamos con nosotros...y a ver si nos pagas uno....jajajaja.
ResponderEliminarUn abrazo