Se acabó el rock&roll de Saigón y empezamos con el vals que es llegar a Cat Tien,
En esta zona rural donde las haya, se encaja el Parque Nacional de Cat Tien. Tiene extensión de 72.000 hectáreas, que puede parecer mucho, pero teniendo en cuenta que en su interior viven unas 10.000 personas, que hay elefantes, cocodrilos, grandes herbívoros asiáticos y osos, el conflicto es continuo.
De hecho, alberga una triste historia. En la década de los 90, se descubrieron evidencias de que un grupo de unos 15 rinocerontes javaneses vivían en libertad en su interior. Puede no parecer mucho, pero solo quedaban unos 50 en todo el mundo en dos zonas: aquí y en una reserva de java. El caso es que aunque se hicieron intentos para su conservación, en el 2010 se encontraron los restos del último ejemplar que ha vivido en Vietnam. Había sido abatido de un disparo y su cuerno había sido serrado para el comercio negro de la medicina tradicional china. Hay que joderse.
Otro de los alicientes del parque es ir a ver gibones de mejillas beige. Unos monetes que emiten unos alaridos muy curiosos y que no son fáciles de ver. Hay que ir con guía y estar en la selva a las 4:00am, a la espera de que se despierten y monten el show.
Así que pasamos de guía, pasamos de madrugar (tanto) y nos fuimos por nuestra cuenta a patear el parque. Nos metimos una ruta de 15km y no vimos monos... bueno miento, avistamos uno de refilón, pero verle lo que se dice verle no cuenta, tampoco vimos elefantes, ni llegamos a la charca de los cocodrilos... pero sí vimos fauna.
En concreto vimos, más de cerca de lo que quisiéramos, hirudineos. Viven a ras de suelo y se te suben por el calzado hasta que llegan a tu piel y entonces... Si no sabes como protegerte de estos "simpáticos" bichos, existen múltiples remedios caseros, sal por los zapatos, hojas de tabaco en los calcetines... paparruchas. Impregna de Relec (o Goibi o cualquier otro repelente de insectos con DEET al 50%) tus zapatillas. Se subirán a la goma de la suela, pero no pasarán de ahí. Si estás leyendo esto cómodamente desde el sofá de tu casa, créeme, no estás valorando este consejo en su justa medida, pero lo harás cuando andes entre hirudineos. Cuando llegue ese momento ¡de nada!
Los hirudineos (por si aun no has ido corriendo a buscarlo en Google) son lo que conocemos como sanguijuelas. Ya... ¡puag!
Bueno, la caminata estuvo bien y eso a pesar de la lluvia, del puto barro, de los tábanos, de tener que descalzarnos varias veces para cruzar ríos... pero de repente te encuentras con esto y flipas.
¿Que puede haber más delicado que el vuelo a cámara lenta de una mariposa?
No van a ser apoteósicos todos los días, pero oye, tampoco estuvo mal.
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