No te pillo


Los vietnamitas son gente curiosa en muchos aspectos. No me refiero a que posean un intenso deseo intelectual por inspeccionar todo (que igual lo tienen no se), sino que hay muchas cosas que me llaman la atención.

Nosotros locos por estar morenos y ellos locos (sobre todo ellas) por permanecer blanquitas. Ya sabéis, siempre se quiere lo que no se tiene. Así cuando van en moto, es característico ver "ninjas" como la de la foto de esta entrada. Tapadas de la cabeza a los pies, guantes, manguitos, falda larga, mascara, gafas oscuras, pañuelo para la cabeza... os recuerdo que la sensación térmica aquí es de más de 40ºC. ¡Uf! Antes muerta que sencilla... supongo.

El tráfico es lo primero con lo que tu cerebro impacta... parece caótico (bueno lo es), pero hay ciertas reglas generales.

Como buena ex-colonia francesa, se conduce por la derecha, pero si vas por una carretera o una autopista (que las tienen) el tráfico pesado siempre va por el carril izquierdo. Por tráfico pesado me refiero a cualquier vehículo que pese más de 100kg, es decir, cualquier cosa que no sea una moto.

Los adelantamientos. Para adelantar usan lo que he venido a llamar "Sistema de Carriles de Ancho Variable y Ordenación Sonora Adaptativa". Os explico. El carril derecho es de las motos, el izquierdo, de los vehículos pesados. ¿Qué pasa si un vehículo pesado quiere adelantar a otro? Pues que invade sin previo aviso el carril de las motos a golpe de claxon. Si no hay motos bien y si las hay pues sus conductores, con cuidado de no romper la ley sobre la conservación de la materia, generan un espacio donde no parecía existir ninguno. A partir de ahí, por donde solo cabían dos, ahora caben tres. Si el adelantamiento es en una carretera de doble sentido, da mas miedo (al de la moto), pero funciona igual.

¿Y cómo no se matan? te preguntaras... pues la verdad es que sí se matan, aunque teniendo en cuenta que nadie va a una autoescuela y que son 50 millones de motos circulando "a su manera", la siniestralidad no es tan alta como cabría esperar. ¿La culpa? La velocidad máxima en una autopista es de unos increíbles 80 km/h, mientras que en una carretera convencional es de 50 km/h. Y en la velocidad es en lo único en lo que son mas o menos estrictos. Todo lo demás vale.

Por otro lado, no hay policía. Hasta que no hemos llegado a Hanoi, no vimos ninguno Todo lo más algún militar aislado. Me sorprende que un sistema social funcione en ausencia total de alguna autoridad...

Cambiando de tipo de tráfico, está el acceso a Internet. Aunque hay una clara brecha entre la gente mayor que sigue usando un móvil viejuno, que solo se cargan una vez a la semana (que tiempos), y la gente joven que está permanentemente enganchada con su smartphone, en general, el acceso es universal... y eso incluye wifi por todos lados.

El Wifi se ha convertido para ellos en una "comodity" y por supuesto, todo establecimiento que se precie tiene la suya. Eso si, con su contraseña para que nadie se la piratee. Tras casi un mes viajando por Vietnam puedo decir sin temor a equivocarme que el 50% tienen como contraseña "12345678", un 30% usan variaciones como "12344321" o "0123456789" y un significativo 15% usan imaginativas contraseñas como el propio nombre de la wifi o del establecimiento. Finalmente, hay un 5% cuya fortaleza de contraseña es capaz de aguantar un ataque de 3 intentos, pero está escrita en grande en las paredes del establecimiento. La seguridad está llena de bromas.

Pero lo que de verdad me tiene arrebatado en Vietnam es el idioma. Como buen país asiático, su idioma tonal es absolutamente inescrutable para nuestros oídos y somos incapaces de distinguir entre bô (orinal), bó (racimo), bò (vaca), bố (papa), bơ (mantequilla), bộ  (conjuntos), bổ (un), bỏ (omitir)...

¿Queréis que se os de la vuelta al cerebro? pues abrid google translator en el navegador, seleccionar el idioma vietnamita, pegar el texto "bô bò bố bơ bộ bổ bỏ" y reproducid como suena. Demoledor.

Por cierto que la traducción también tiene su miga y si no, probad a quitar cualquier palabra, veréis asombrosos resultados.

Resumiendo, para nosotros es imposible... casi tan imposible como para ellos hablar inglés. La mayoría no hablan más que un poco por supervivencia, pero los que lo hablan fluido, lo hablan todo seguido, sin entonar, y tienen tal acento vietnamita que cuando me sueltan una parrafada, me quedo como tonto mirándoles, nos reímos los dos y en mi cabeza solo resuena "no te pillo".