Hay gente buena y gente mala



En la vida hay gente buena y gente mala.

Hablemos primero de la gente mala. Supongo que lo que prima en su cabeza es el egoísmo. Piensan en su beneficio incluso, o precisamente, aprovechándose de los demás. Afortunadamente, hay una característica de la gente chunga y es que es poca... mucha menos de la que pensamos.

Sin embargo, la hay... Que sean pocos no es un consuelo cuando te encuentras con uno y lo sufres. Así que cuando el conductor del transporte que debía cruzarnos desde Camboya a Laos decidió "desaparecer" durante el trámite de pago del visado de entrada, nos quedamos tirados en una frontera desierta, en la que solo había vacas pastando, sin dinero laosiano y a 20kms del lugar habitado más cercano.

Y es en esta parte de la historia cuando aparece la gente buena. Gente que si ve que alguien necesita ayuda y está en su mano, se la ofrece sin esperar a cambio otra cosa que la satisfacción de haber sacado del apuro al otro. Afortunadamente, hay muchísima gente buena... mucha más de la que pensamos. Así que cuando tengas problemas, ten confianza, porque es muy probable encontrar gente buena que te ayude.

Así que perdidos en mitad de ninguna parte y sin opciones de transporte apareció, no se sabe muy bien de dónde, Bao. Nos dice que ha venido a recoger a un par de clientes, pero que han tenido un problema y llegarán mañana, así que se ofrece a llevarnos sin cobrarnos nada hasta el destino. Incuso nos ofrece los billetes de bote de sus clientes por si los nuestros son un timo. Era una proposición tan buena, que parecía mentira. Nos tuvo que convencer con su franca sonrisa y nos fuimos con él.

Bao trabaja en una empresa que cultiva fruta de la pasión a la que por supuesto nos invitó a visitar si queríamos. Era un tío humilde, humilde... muy buena gente, al que cada vez que le dábamos las gracias nos repetía. "Al contrario. Gracias a vosotros, mi día ha sido util." Que grande Bao.

Al final llegamos a Don Det, una de las islas fluviales de la zona llamada las 4000 islas en el río Megkong. Un remanso de paz, tranquilidad, hamacas, cascadas, bicicletas, arrozales, buena comida y disfrute de ambiente mochilero.

¡¡Gracias Bao!!