Costa Rica es diferente... como todos los países. Y es que todos los sitios tienen sus cosas.

Pronto cuando llegas, te das cuenta de que la cultura no es uno de sus  fuertes. Parece que han mirado hacia adelante y han enterrado el pasado.

El presente es el ecoturismo. El futuro... quien sabe.

La gente es muy amable, al turista se le trata con un compromiso exquisito entre hospitalidad, amabilidad y profesionalidad que ya me gustaría ver en España. Y es que a nosotros los turistas nos rebosan y eso se nota. Sin embargo cuando rascas el barniz turístico, vislumbras la Costa Rica de los Ticos.

Como ese día en Sixaola, pueblo fronterizo con un puente de hierro y madera que hay que cruzar a pie para cambiar de país.

Estábamos volviendo desde Panamá y descubrimos una paraJoda. Un extranjero puede, sin visado, permanecer por 3 meses en Costa Rica y por 6 meses en Panamá, por lo que podrías estar entrando y saliendo de un país a otro para renovar este tiempo. Para tratar de evitarlo, ambos países te exigen una prueba de que te vas a ir. En el caso de Panamá le vale con que te compres un billete de bus de vuelta, pero para entrar en Costa Rica tienes que mostrar que tienes un billete de avión para volar de vuelta a tu país. Pero claro, vivimos en la era de la información digital y aquí es cuando viene la paraJoda. Delante de nosotros unos guiris tratan de entrar en Costa Rica y el diligente funcionario le pide el billete del vuelo en el que va a volver a su país. El turista pone cara de circunstancias, saca su netbook, abre el documento de word donde había pegado el correo con el billete electrónico y pega la pantalla al cristal. Respuesta del funcionario de aduanas:
"eso no me vale. Ese word lo podrías haber escrito tu. Mira, vete a aquella farmacia y lo imprimes porque yo no puedo dar por valida una pantalla de ordenador, pero un papel si".

En pocas palabras: entra con mi consentimiento ilegalmente en el país al que no te dejo entrar, imprime un papel (que has podido escribir tu), vuelve, me lo enseñas y ya te dejo entrar legalmente en Costa Rica. Nosotros, por supuesto, ya traíamos impreso el papel de casa y es que uno ya tiene los huevos negros.

Era negro, en caso de usar el eufemismo "hombre de color" habría que decir que era un hombre de color negro. Joven y vital, tenia una presencia impresionante. Un cuerpo de ébano, perfecto, musculado y sin un gramo de grasa. Sin embargo era evidente que ni sabía ni entendería jamás que era y para que servía un gimnasio. De mirada tímida pero penetrante y una voz grave y cavernosa:

- ¿Puedo hacerles una pregunta? - nos abordó educadamente.
- Claro.
- ¿Desearían hacer snorkeling mañana en el arrecife?

Y de verdad que queríamos hacerlo. De hecho justo de eso hablábamos cuando llego (quizá nos oyó). Arreglamos los detalles y nos despedimos:

- Hasta mañana King - así se hacia llamar.
- ¡Pura vida!

Dejamos a King a la espalda camino del alojamiento:

- Te fijaste? - le dije a Sus.
- Si, estaba buenisimo!!.
- Nooo, lo de "pura vida"

Pura Vida: el significado es variado y podría incluir frases como "lleno de vida", "esto es vida", "esto es vivir", "todo bien", "Genial", "Mola", etc. Puede usarse como saludo y como despedida, para expresar satisfacción o incluso para decir gracias o darte la bienvenida.

Así es como expresar una forma de ver la vida.

En Cahuita, que es donde nos encontramos, el ambiente caribeño no es que sea evidente, es que es el único. Negros rastafaris (de hecho la densidad de rastas es comparable a la densidad de iPhones en el aeropuerto de Atlanta), música Calipso-Reage sonando, oferta de mariguana por encima de la demanda, fotos de Bob Marley por todos lados...

Al día siguiente, King nos recogió en su barca junto con otro puñado de turistas y nos llevó hasta el arrecife de coral. Estuvimos haciendo snorkeling durante un par de horas en distintos sitios del arrecife. King iba remando con su barca y nos iba dirigiendo a los mejores sitios.

La cantidad de vida que hay en un arrecife de coral no se puede explicar, hay que verla, así que no intentaré contar lo incontable... incontables corales, incontables variedades de peces, incontables colores, incontable diversión...Cuando acabamos nos dirigimos a tierra, al Parque Nacional de Cahuita, donde King nos preparó un almuerzo a base de fruta. Joder que buena está la piña tropical, cuando la tomas en el trópico cogida en su momento optimo.Nos despedimos de King y nos fuimos a recorrer el Parque a pié. Lagartos, iguanas, monos capuchinos... hasta nos encontramos con un mapache que cazó para nuestro placer un cangrejo en directo.Diez kms de selva después llegamos a nuestra cabinas (como llaman aquí a las habitaciones) y nos tumbamos cansados, pero felices, repasando en la memoria lo vivido.

¡Pura Costa Rica! ¡Pura Vida!

Son las 10 y en la oscura noche un grupo de 7 personas inicia su camino. Vestidos con ropas oscuras y liderados por una señora pequeñita que responde al nombre de “Blanquita”, se dirigen con paso inseguro hacia el lugar de encuentro.

Blanquita nos da las últimas instrucciones: en silencio, nada de cámaras y que nadie encienda ni una luz que me busca la ruina.

Un punto de luz roja agitada por los ojeadores a unos 100mts nos indica que ha llegado el momento y nos dirigimos con paso nervioso hacia la playa. Blanquita porta una tenue luz roja como de prostíbulo que es lo único que alumbra nuestros pasos.

¿Y no hay peligro de molestarla? - pregunta alguien.

Cuando llega el momento, ella estará como en trance. Ni siquiera notará nuestra presencia – nos indica Blanquita..

Finalmente llega la orden de avanzar a oscuras hasta que llegamos a una trinchera redonda de metro y medio de diámetro. Apenas ha tardado 30mins en excavarlo y ahora se encuentra aparentemente quieta en el medio del nido. Es enorme, mucho más grande de lo que esperábamos.

Tal y como Blanquita nos explicó no nos siente llegar y nos acercamos por detrás para ver como una Tortuga Verde de cerca de 1,5mtrs comienza a desovar los 120 huevos que aproximadamente pueden llegar a poner.

Cuando acaba, tapa cuidadosamente los huevos y dedica al menos otros 30mins a cubrir con arena el nido para que ningún depredador (fundamentalmente el hombre) pueda atacarlos.

Cuando todo está a su gusto, inicia el camino de vuelta al agua. Es un animal de entre 250 y 300kg, pero tiene una fuerza increíble en las patas y se mueve a gran velocidad (para ser una tortuga claro).

Cuando se zambulle en el agua, todos estamos emocionados y es que es muy emocionante ver a la naturaleza en acción. Lo es más si puedes hacerlo tan de cerca. Además, con tu visita al Parque Nacional Tortuguero en Costa Rica, te llevas la satisfacción de haber ayudando a la conservación de las tortugas marinas y eso... no tiene precio.

No hay como llegar con retraso, de noche, sin una reserva de hotel, después de un viaje de 18horas, con un cambio horario de 8 horas de diferencia, que sean las 9 de la noche y para ti sean las 5 de la madrugada, para sentirse como en casa.

Sales del aeropuerto, es noche cerrada y piensas, -uf y ahora a bregar con los taxistas, los oportunistas, los que te quieren llevar al único hotel abierto de la ciudad, etc. 

Nada más lejos de la realidad. Costa Rica es amable, los taxistas solo se ofrecen una vez y no insisten, igual los que ofertan hoteles, eso si, todos te hablan en el idioma del imperio.

¿El autobús para San José? - preguntas.

Allá cruzando la carretera - responden amables.

Llegados a San José a las 22:30, buscamos el hotel económico de nuestro estándar. Fieles a nuestra costumbre de llegar a los sitios por nuestros medios, echamos a andar hacia Casa Hilda que según el GPS queda a poco más de 1,5Km.

Tras empezar a callejear, vemos los primeros "Night Clubs" (vamos lo que vienen siendo barras americanas en España) y en la siguiente esquina dos prostitutas. ¿Espera un momento son tíos o tías?. En la siguiente esquina se despeja la duda, tres fibrosos cuerpos caribeños gritan a un coche que pasa "Guapo, cariño, tío bueno, ven que te alegremos la noche!!!" con la voz inconfundible, modulada y ligeramente grave que ponen los hombres cuando quieren que se asemeje a la de una mujer. Aclarado, estamos en la zona de prostitución de travestis de San José.

Es tarde y no hay casi nadie en las calles, pero como la zona parece tranquila y estamos decididos a llegar al hotel, seguimos adelante, pero casa Hildal no aparece. Las señas no son muy claras y las calles tampoco están muy bien indicadas. Al final nos acercamos a una pareja de "señoritas" que dejan momentáneamente su trabajo y amablemente nos indicaron un par de hoteles. ¡Gracias chic@s!

A 200 mts nos para un taxi que además de ofrecer sus servicios nos indica que en esta zona corremos peligro. Se ofrece a ayudarnos y nos indica un hostel para mochileros a 50mts.

Verde portón metálico de 3 mtrs de alto, una puerta cerrada con timbre y un cartel que dice “Pangea”. Parece un bunquer, así que franqueamos la entrada para descubrir un oasis con piscina, pintado de psicodélicos colores, con bar, restaurante, sala de cine... lleno de mochiler@s con algunos de los cuales al final terminamos compartiendo un dormitorio común.

Son las 00:00 (las 08:00am para nosotros) y hace 27h que no dormimos, pero tenemos techo y hemos cenado. Estamos en casa. :-)