¡PURA VIDA!


Era negro, en caso de usar el eufemismo "hombre de color" habría que decir que era un hombre de color negro. Joven y vital, tenia una presencia impresionante. Un cuerpo de ébano, perfecto, musculado y sin un gramo de grasa. Sin embargo era evidente que ni sabía ni entendería jamás que era y para que servía un gimnasio. De mirada tímida pero penetrante y una voz grave y cavernosa:

- ¿Puedo hacerles una pregunta? - nos abordó educadamente.
- Claro.
- ¿Desearían hacer snorkeling mañana en el arrecife?

Y de verdad que queríamos hacerlo. De hecho justo de eso hablábamos cuando llego (quizá nos oyó). Arreglamos los detalles y nos despedimos:

- Hasta mañana King - así se hacia llamar.
- ¡Pura vida!

Dejamos a King a la espalda camino del alojamiento:

- Te fijaste? - le dije a Sus.
- Si, estaba buenisimo!!.
- Nooo, lo de "pura vida"

Pura Vida: el significado es variado y podría incluir frases como "lleno de vida", "esto es vida", "esto es vivir", "todo bien", "Genial", "Mola", etc. Puede usarse como saludo y como despedida, para expresar satisfacción o incluso para decir gracias o darte la bienvenida.

Así es como expresar una forma de ver la vida.

En Cahuita, que es donde nos encontramos, el ambiente caribeño no es que sea evidente, es que es el único. Negros rastafaris (de hecho la densidad de rastas es comparable a la densidad de iPhones en el aeropuerto de Atlanta), música Calipso-Reage sonando, oferta de mariguana por encima de la demanda, fotos de Bob Marley por todos lados...

Al día siguiente, King nos recogió en su barca junto con otro puñado de turistas y nos llevó hasta el arrecife de coral. Estuvimos haciendo snorkeling durante un par de horas en distintos sitios del arrecife. King iba remando con su barca y nos iba dirigiendo a los mejores sitios.

La cantidad de vida que hay en un arrecife de coral no se puede explicar, hay que verla, así que no intentaré contar lo incontable... incontables corales, incontables variedades de peces, incontables colores, incontable diversión...Cuando acabamos nos dirigimos a tierra, al Parque Nacional de Cahuita, donde King nos preparó un almuerzo a base de fruta. Joder que buena está la piña tropical, cuando la tomas en el trópico cogida en su momento optimo.Nos despedimos de King y nos fuimos a recorrer el Parque a pié. Lagartos, iguanas, monos capuchinos... hasta nos encontramos con un mapache que cazó para nuestro placer un cangrejo en directo.Diez kms de selva después llegamos a nuestra cabinas (como llaman aquí a las habitaciones) y nos tumbamos cansados, pero felices, repasando en la memoria lo vivido.

¡Pura Costa Rica! ¡Pura Vida!

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