Festival del viento y las cometas


Salir de Bogotá tuvo su miga, pero usar el transmilenio para ir a las afueras le añadió interés. ¿Que que es el transmilenio?

En un país donde el galón (4,5l) de combustible vale apenas 2,5€, quien tiene un carro lo usa. Eso, sumado a que tienen unas infraestructuras pobres, hace que el tráfico de Bogotá sea un infierno. Con un tráfico en superficie terrible y sin ¨plata¨ para construir una red de metro, se les ha ocurrido hacer un metro de superficie. Usan gigantescos autobuses que tienen un carril dedicado y protegido del resto del tráfico, y cogen y dejan pasajeros en estaciones muy semejantes a las de una estación de metro, con sus tornos, sus andenes, sus revisores, sus carteristas, sus pedigueños , etc... Curioso, barato y eficiente.



El caso es que teníamos que llegar hasta la 170 con la 45 y con el transmilenio recorrimos los 8km en un periquete. Aprovecho para contar que todas las ciudades colombianas, aun no he encontrado excepción, no tienen nombres de calles sino que están numeradas al estilo yankee. De este a oeste, discurren las calles y de norte a sur las carreras. Las calles son paralelas entre sí y perpendiculares a las carreras (y viceversa), lo que deja cuadras (manzanas) cuadradas o rectangulares donde crecen los edificios. Es un pragmático sistema para no tener que recordar calles y poder saber llegar a cualquier dirección aunque no conozcas la ciudad.

Una vez en la 170, y tras bregar con los vendedores de billetes que quieren subirte a su bus aunque vaya en dirección contraria a tu destino, por fin conseguimos montar en un bus camino a Villa de Leyva.

Villa de Leyva, ciudad colonial de mas de 500 años que ha preservado su esencia hasta hoy. Además es una zona rica en fósiles con hayazgos notables de dinosaurios marinos y tambien cuna de la cultura Muisca.  



La fundación de la villa tiene una bonita historia, pero por resumir, los españoles lo crearon a imagen y semejanza de sus pueblos de origen. ¿La razón? porque pretendía, entre otras cosas, ser el retiro de los soldados tras las batallas de la conquista. Como en casa.

El caso es que llegamos allá y ciertamente el pueblo es bonito, en especial la plaza mayor que tiene 1,4ha y pasa por ser la segunda más grande de Suramérica. La plaza esta empedrada, bueno en realidad todo el pueblo lo está, a base de pedrolos enormes lo que hace el suelo tan irregular que es imposible visitar el pueblo admirando su arquitectura colonial. Todo el mundo va andando mirando al suelo. Si te paras a observar, es cómico.

El caso es que cuando llegamos al hostel, el dueño nos dio la bienvenida y nos dijo:

- Vienen a disfrutar del Festival de las cometas ¿no?
- ¿Ein?
- ¿Como? ¿no lo conocen? ¡es internacional y este año celebramos la 40 edición!
- Pues no lo conocemos pero a eso le vamos a poner remedio. ¡Que suerte!

Villa de Leyva se vuelve muy turístico los fines de semana, pero justo el fin de semana en que cae el Festival del Viento y las Cometas, alcanza su máximo pico. Si además el lunes es festivo y los bogotanos tienen puente ya es la locura.





Y desde luego es una locura. Cometas comerciales, artesanas, en miniatura, acrobáticas, conmemorativas... incluso tienen una modalidad de vuelo nocturno en el que las cometas deben estar iluminadas y ser visibles tanto para jueces como para disfrute del público que llena la plaza, que desde las escaleras de piedra o el duro suelo empedrado, empiezan a calentar motores a base de cerveza y aguardiente para lo que está por llegar.



Se van las cometas y empieza la locura salsera en el escenario. Escuelas de salsa de todo el país salen a demostrar que son mejores que el resto. Jamas había visto bailar salsa a ese ritmo. De hecho ignoraba que se podían mover las piernas y las caderas a esas velocidades. Es simplemente espectacular. La gente se volvía loca. De ahí orquesta y todo el mundo bailar salsa hasta las 2:00am.

Quizás a día de hoy las cometas ya solo sean la excusa para atraer gente y montar una fiesta, pero me hubiera gustado estar presente en 1975 cuando en este pueblo casi aislado del mundo alguien dijo ¿y si montamos un festival internacional de cometas? Habría que haberles visto la cara al resto.

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