Queriamos bucear. Hacia más de 2 años de la última inmersión así que no encontramos en toda la isla un dive center que nos permitiera bucear sin antes hacer un curso de refresco. En principio nos lo tomamos a mal porque parecía que era otra forma de ordeñar al turista, pero la verdad es que nos vino muy bien y se tiraron el rollo en el precio (solo nos costo 5€ al cambio) así que al final todos contentos. :)
Las inmersiones en Ko Tao, bien, sin más, pero nos sirvió para recordar rutinas.
La visibilidad está lejos de ser los 30 mts que promete en
temporada alta, pero bucear en Ko Phi Phi, ha sido todo un lujo.
Eso sí, para empezar tuvimos que levantarnos a las 6:30 para estar meados, cagados y desayunados a las 7:30, que era la hora de salida.
Mierda, ¡esta lloviendo! pero según los del centro de buceo (Phi Phi Barakuda D.C.) la lluvia no afecta a la calidad de la inmersión una vez estás bajo el agua. Nos ha jodido, bajo el agua no, pero fuimos en una lancha rápida durante 35 mins pegando unos botes del demonio... a mitad de camino una chica monísima echo las entrañas por la borda. La pregunté con mi mejor sonrisa que cómo se encontraba y es entonces cuando debió preguntarse ¿osea que eran biodraminas eso que tomasteis antes de salir? ;-)
Al llegar a la isla de Ko Phi Phi, debo reconocer que me decepcionó un poco. El turismo se ha descontrolado, demasiada fiesta y alcohol y señores, ¡no queda más sitio donde construir! Se están cargando ese paraíso... pero bueno, nosotros íbamos a bucear... y buceamos.
Eso sí, para empezar tuvimos que levantarnos a las 6:30 para estar meados, cagados y desayunados a las 7:30, que era la hora de salida.
Mierda, ¡esta lloviendo! pero según los del centro de buceo (Phi Phi Barakuda D.C.) la lluvia no afecta a la calidad de la inmersión una vez estás bajo el agua. Nos ha jodido, bajo el agua no, pero fuimos en una lancha rápida durante 35 mins pegando unos botes del demonio... a mitad de camino una chica monísima echo las entrañas por la borda. La pregunté con mi mejor sonrisa que cómo se encontraba y es entonces cuando debió preguntarse ¿osea que eran biodraminas eso que tomasteis antes de salir? ;-)
Bucear desde una lancha motora sobrecargada de equipo y de gente es un horror
por otras razones logísticas que no me extenderé contando en este momento. El
caso es que tuvimos que esperar flotando como garbanzos en el agua durante más
tiempo del necesario con olas de metro y medio, viento y lluvia... que sí, que sí... que
bajo el agua no molesta, que ya...
Durante esta primera inmersión nos sacamos una certificación para poder bucear en cualquier centro de buceo PADI hasta 30mts en vez de 20mts que era nuestro limite legal. Bajamos a ver un naufragio de un ferri y la verdad es que la visibilidad era entre mala y malísima, pero "se intuían" los enormes bancos de peces que nos rodeaban y la vida que allí había.
Subimos a la lancha. La chica vuelve a vomitar.
La segunda fue mucho mejor, tanto la visibilidad como la fauna marina. Primero saludamos a una simpática tortuga que tras darnos los buenos días se fue tranquilamente. Luego estuvimos nadando sobre tiburones cebra de metro y medio. Estaban plácidamente posados en el fondo y te podías acercar muchísimo. De hecho la dive master que llevaba una cámara digital me hizo señas para que me acercara más y más y cuando me di cuenta, estaba a menos de dos palmos del bicho!!! Me sacó la foto y espero que me la envíe para ponerla en este blog. Fue alucinante!
Subimos a la lancha. La chica volvió a vomitar. Que mal lo pasó... y es que es imposible mantener el glamour mareado y vomitando.
La tercera fue la mejor, con una visibilidad de unos 15 mts y una cantidad de vida indecente.
Volvimos a ver tiburones, pero esta vez eran de aleta de punta negra. Nosotros flotábamos a unos 12 mts y ellos aparecían de repente, giraban a nuestro alrededor a una velocidad de vértigo y desaparecían en la profundidad.
Para todos los aprensivos diré que tiburón no es sinónimo de peligro (cuanto daño ha hecho Hollywood), igual que no todos los perros muerden. Ninguno de estos escualos eran agresivos y el hombre no es presa para ellos. Claro que tampoco es plan de meterles la mano en la boca a ver si muerden. A decir verdad, tampoco metería la mano en la boca de un caballo.
Hicimos 5 inmersiones en esta isla y por fin nos hemos quitado el mono de buceo que teníamos desde hacía 2 años que fue la última vez que buceamos.
Durante esta primera inmersión nos sacamos una certificación para poder bucear en cualquier centro de buceo PADI hasta 30mts en vez de 20mts que era nuestro limite legal. Bajamos a ver un naufragio de un ferri y la verdad es que la visibilidad era entre mala y malísima, pero "se intuían" los enormes bancos de peces que nos rodeaban y la vida que allí había.
Subimos a la lancha. La chica vuelve a vomitar.
La segunda fue mucho mejor, tanto la visibilidad como la fauna marina. Primero saludamos a una simpática tortuga que tras darnos los buenos días se fue tranquilamente. Luego estuvimos nadando sobre tiburones cebra de metro y medio. Estaban plácidamente posados en el fondo y te podías acercar muchísimo. De hecho la dive master que llevaba una cámara digital me hizo señas para que me acercara más y más y cuando me di cuenta, estaba a menos de dos palmos del bicho!!! Me sacó la foto y espero que me la envíe para ponerla en este blog. Fue alucinante!
Subimos a la lancha. La chica volvió a vomitar. Que mal lo pasó... y es que es imposible mantener el glamour mareado y vomitando.
La tercera fue la mejor, con una visibilidad de unos 15 mts y una cantidad de vida indecente.
Volvimos a ver tiburones, pero esta vez eran de aleta de punta negra. Nosotros flotábamos a unos 12 mts y ellos aparecían de repente, giraban a nuestro alrededor a una velocidad de vértigo y desaparecían en la profundidad.
Para todos los aprensivos diré que tiburón no es sinónimo de peligro (cuanto daño ha hecho Hollywood), igual que no todos los perros muerden. Ninguno de estos escualos eran agresivos y el hombre no es presa para ellos. Claro que tampoco es plan de meterles la mano en la boca a ver si muerden. A decir verdad, tampoco metería la mano en la boca de un caballo.
Hicimos 5 inmersiones en esta isla y por fin nos hemos quitado el mono de buceo que teníamos desde hacía 2 años que fue la última vez que buceamos.
Y recuerda, por mucho que viajes, por mucho que escales, por rápido que vayas o por alto que vueles, si quieres ver el 70% del planeta tendrás que sumergirte.
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