Cambiamos el paraíso de Sugar Beach por otro paraíso, Apo Island.
Apo Island es una pequeña isla cerca de Negros, donde nos hemos pegado un festival de buceo. Corales increíbles, tortugas verdes enormes, serpientes marinas (muy venenosas) y todo lo que un saneado arrecife de coral puede ofrecer. Los que hayáis buceado alguna vez en uno sabéis de qué hablo, el resto ¿a que esperáis? es muy difícil de explicar la orgía de vida diversa que hay.
Por cierto, allí nos encontramos con Terry Lilley, un tipo la mar de interesante. Biólogo marino y que ha trabajado para National Geograhic en la creación de documentales sobre los arrecifes de coral en Hawai, shows de TV y videos promocionales de GoPro, entre otros trabajos. Buceó con nosotros en un par de ocasiones y luego nos enseñó los videos que hacía. Simplemente el resultado profesional de sus grabaciones era de documental de la 2 y hacía que mirar los nuestros fuera una pena gitana. En fin, el que quiera hacerse una idea puede ver su canal de youtube https://www.youtube.com/user/underwater2web
Después de pasar 3 estupendos días disfrutando de los fondos marinos de Apo Island teníamos que decidir dónde ir y nos empezaron las dudas. ¿Vamos a Tan-Awan o no?
Tras darle muchas vueltas decidimos ir, así que... ¡SI!... lo adivinaste, cogimos 6 medios de transporte distintos, que para no ser cansino no voy a enumerar, y nos plantamos en Tan-Awan.
Como no llevábamos nada reservado, en la guesthouse nos aconsejaron que nos plantáramos a las 06:00 de la mañana en el "meeting point".
Pues vale. Despertador a las 05:15, aunque con los putos gallos del país ¿quien necesita despertador? A la hora en punto estábamos apoquinando 1000 pesos por cabeza y recibiendo un brefing con las normas.
A las 06:15 estamos montados en pequeñas barcas de remos que se dispusieron en un amplio semicírculo y al agua...
Cuando el primer tiburón ballena de unos 12mts de largo pasa a tu lado a menos de 3-4 metros, se te pone la carne de gallina. Son enormes y verlos dirigirse hacia ti, con sus enormes bocas, succionando el alimento que les echan desde los barcos es como para acojonarse si no fuera porque son totalmente inofensivos.
Al primer tiburón le siguen otros 5 ó 6. Nadamos con ellos, apenas a un par de metros e incluso en alguna ocasión nos rozan sin que podamos evitarlo. Realmente son animales extraordinarios, de hecho son los peces más grandes del planeta y llegan a alcanzar los 17mtrs.
Nos vamos con el cargo de conciencia de haber dado soporte a esta práctica pero realmente impactados por haber tenido la oportunidad de nadar con estos colosos. Nos consuela que, aunque vengan porque los alimentan, en el fondo están en libertad.
Ha sido algo alucinante, irreal...
0 comentarios:
Publicar un comentario