Ir de allá para acá


Unos cuantos dias sin publicar nada y es que la logística lo ha impedido. Hemos visitado las islas de Siquijor y Bohol y deseosos de librarnos de la dependencia del 6 (ya sabeis, 6 transportes para llegar a cualquier sitio), hemos alquilado una moto y nos hemos lanzado a recorrer áreas menos transitadas por los turistas.

Y es que el medio de transporte es la moto, no cabe duda. Casi todo el mundo tiene una. Pero ¿qué puedes hacer si no tienes o la tienes rota? Hay varias alternativas:


  • Te montas en un "Yipni". Van, desde furgontas tipo pickup a pequeños camiones,  transformados para llevar pasajeros. Algunos son preciosos, todos personalizados, no hay dos iguales. Todos contaminan. Es lo más barato. Vas apretado hombro con hombro en dos hileras enfrentadas y normalmente no están pensados para gente grande como yo (el pais entero no lo está), así que suelo ir rebotando con la cabeza contra el techo. El dinero pasa de mano en mano hasta el conductor y las vueltas recorren el mismo camino en sentido inverso. Para que os hagáis una idea, es como viajar en un ascensor al límite de su capacidad.
  • Te montas en un triciclo. Moto de 125 que tiene soldado un pequeño sidecar con tejadito. Esto ya es otro nivel sobretodo porque si se sube un turista, se convierte en transporte exclusivo (para clavarte) y no se sube nadie más, pero he llegado a ver hasta 10 personas subidas a uno.
  • Por ultimo, está el habal-habal. Son motos con el asiento modificado para que entren hasta 4 personas (incluido el conductor) y su nombre traducido significa literalmente "cerdos copulando" debido al nivel de intimidad que se alcanza cuando compartes el asiento con tanta gente. No puedo opinar, no los he probado.


Pero bueno, nosotros teníamos nuestra moto. Digo "moto", pero en realidad era un cascado scooter que apenas podía con nosotros y el mini equipaje que llevábamos. Velocidad max 80km/h y ya era bastante porque nadie en su sano juicio va a esa velocidad por estas carreteras.

¿La seguridad? ninguna. Salvo en las grandes ciudades, solo lleva casco 1 de cada 100 y todos van en chanclas, shorts y camiseta. Les salva que van despacito (casi todos). Así que al principio intentamos ponernos los desgastados cascos que nos dieron, pero además del calor, estaban medio rotos y las viseras estaban tan rayadas que no se podía ver nada. Al final desistimos de llevarlo y sin casco, nos hicimos casi 700kms a lo largo de los 6 dias que hemos estado motorizados.

Hemos disfrutado de baños en cascadas, sesion de ictioterapia gratuita, zonas rurales, terrazas de arroz, búfalos de agua, mariposarios perdidos, montañas de chocolate, snorqueling entre corales, repostar con un embudo y una botella de cocacola... en definitiva de zonas por las que pocos turistas se pierden y se notaba. La gente nos saludaba al paso... los niños espcialmente se volvían locos.

Pero aproximadamente en el km 457, me comí un bache... tocamos fondo en la suspensión, como en tantos otros baches, y la moto nos metió un buen trallazo en el trasero. Otro más, como tantos que me había comido... pero a partir de ese momento empecé a notar que la moto hacía cosas raras en las curvas, se me movía de atrás, se me hacía ingobernable, los baches iban más duros... sí, 5kms más tarde me di cuenta de lo que ya habrás deducido... rueda trasera pinchada. Pensé que habría destrozado la llanta, la cubierta, la cámara... pero nos vino Dios a ver y aguantaron.

Pregunté al primer paisano que vi y la suerte seguía con nosotros. A 100mts había un "Vulcanizador".

Cuando llegamos fue surrealista. El tipo estaba arreglando un par de ruedas de camión y ni levantó la cabeza. Mejor no molestarle hasta que acabe.

De repente agarra la moto, la sube en el caballete y se pone a desmontar la cubierta. Mejor no decirle nada. Y arregla el pinchazo a la antigua usanza, osea, poniendo un trozo de goma encima del pinchazo y aplicando calor para fundirla... osea vulcanizando la goma. Sabía que se hacía antiguamente, pero nunca lo había visto.

Tiempo total de la reparación: 15mins (el vulcanizado lleva casi 10). Cuando terminó, abrió la boca por primera vez desde que llegamos para decir el precio: 50 pesos (1€ al cambio).

Me dió verguenza y le dí 70, 50 por el trabajo y 20 por hacerlo rápido. La sonrisa que me dedico no tiene precio. :-)

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