Los vietnamitas son gente curiosa en muchos aspectos. No me refiero a que posean un intenso deseo intelectual por inspeccionar todo (que igual lo tienen no se), sino que hay muchas cosas que me llaman la atención.

Nosotros locos por estar morenos y ellos locos (sobre todo ellas) por permanecer blanquitas. Ya sabéis, siempre se quiere lo que no se tiene. Así cuando van en moto, es característico ver "ninjas" como la de la foto de esta entrada. Tapadas de la cabeza a los pies, guantes, manguitos, falda larga, mascara, gafas oscuras, pañuelo para la cabeza... os recuerdo que la sensación térmica aquí es de más de 40ºC. ¡Uf! Antes muerta que sencilla... supongo.

El tráfico es lo primero con lo que tu cerebro impacta... parece caótico (bueno lo es), pero hay ciertas reglas generales.

Como buena ex-colonia francesa, se conduce por la derecha, pero si vas por una carretera o una autopista (que las tienen) el tráfico pesado siempre va por el carril izquierdo. Por tráfico pesado me refiero a cualquier vehículo que pese más de 100kg, es decir, cualquier cosa que no sea una moto.

Los adelantamientos. Para adelantar usan lo que he venido a llamar "Sistema de Carriles de Ancho Variable y Ordenación Sonora Adaptativa". Os explico. El carril derecho es de las motos, el izquierdo, de los vehículos pesados. ¿Qué pasa si un vehículo pesado quiere adelantar a otro? Pues que invade sin previo aviso el carril de las motos a golpe de claxon. Si no hay motos bien y si las hay pues sus conductores, con cuidado de no romper la ley sobre la conservación de la materia, generan un espacio donde no parecía existir ninguno. A partir de ahí, por donde solo cabían dos, ahora caben tres. Si el adelantamiento es en una carretera de doble sentido, da mas miedo (al de la moto), pero funciona igual.

¿Y cómo no se matan? te preguntaras... pues la verdad es que sí se matan, aunque teniendo en cuenta que nadie va a una autoescuela y que son 50 millones de motos circulando "a su manera", la siniestralidad no es tan alta como cabría esperar. ¿La culpa? La velocidad máxima en una autopista es de unos increíbles 80 km/h, mientras que en una carretera convencional es de 50 km/h. Y en la velocidad es en lo único en lo que son mas o menos estrictos. Todo lo demás vale.

Por otro lado, no hay policía. Hasta que no hemos llegado a Hanoi, no vimos ninguno Todo lo más algún militar aislado. Me sorprende que un sistema social funcione en ausencia total de alguna autoridad...

Cambiando de tipo de tráfico, está el acceso a Internet. Aunque hay una clara brecha entre la gente mayor que sigue usando un móvil viejuno, que solo se cargan una vez a la semana (que tiempos), y la gente joven que está permanentemente enganchada con su smartphone, en general, el acceso es universal... y eso incluye wifi por todos lados.

El Wifi se ha convertido para ellos en una "comodity" y por supuesto, todo establecimiento que se precie tiene la suya. Eso si, con su contraseña para que nadie se la piratee. Tras casi un mes viajando por Vietnam puedo decir sin temor a equivocarme que el 50% tienen como contraseña "12345678", un 30% usan variaciones como "12344321" o "0123456789" y un significativo 15% usan imaginativas contraseñas como el propio nombre de la wifi o del establecimiento. Finalmente, hay un 5% cuya fortaleza de contraseña es capaz de aguantar un ataque de 3 intentos, pero está escrita en grande en las paredes del establecimiento. La seguridad está llena de bromas.

Pero lo que de verdad me tiene arrebatado en Vietnam es el idioma. Como buen país asiático, su idioma tonal es absolutamente inescrutable para nuestros oídos y somos incapaces de distinguir entre bô (orinal), bó (racimo), bò (vaca), bố (papa), bơ (mantequilla), bộ  (conjuntos), bổ (un), bỏ (omitir)...

¿Queréis que se os de la vuelta al cerebro? pues abrid google translator en el navegador, seleccionar el idioma vietnamita, pegar el texto "bô bò bố bơ bộ bổ bỏ" y reproducid como suena. Demoledor.

Por cierto que la traducción también tiene su miga y si no, probad a quitar cualquier palabra, veréis asombrosos resultados.

Resumiendo, para nosotros es imposible... casi tan imposible como para ellos hablar inglés. La mayoría no hablan más que un poco por supervivencia, pero los que lo hablan fluido, lo hablan todo seguido, sin entonar, y tienen tal acento vietnamita que cuando me sueltan una parrafada, me quedo como tonto mirándoles, nos reímos los dos y en mi cabeza solo resuena "no te pillo". 

Hoy hemos visitado la pagoda de Thien Mu en Hué. Es un sitio precioso junto al río Perfume. Paseando por sus jardines,te encuentras con un coche azul donde la gente para 30 segs. Lo justo para hacerse una foto y seguir adelante. Para mi, sería injusto pasar de largo sin contar lo que ese coche representa.

Corría el año 1963 y estábamos en mitad del conflicto bélico, casi a punto de intervenir EEUU y con Vietnam aún siendo dos países, el norte en poder comunista y el sur en poder capitalista.

En un país que el que su población se consideraba budista en un 70-90%, Ngô Đình Diệm (presidente de Vietnam del Sur) era católico y no precisamente muy imparcial en sus políticas hacia los budistas. Como ejemplo diré que en 1959 en solemne acto, "entregó" Vietnam del Sur a la Virgen María... ¡toma ya Diệm! ¡eso es pensar a lo grande! Nosotros, pobres hispanos, no hemos pasado de condecorarla con una medalla.

Los budistas estaban bien jodidos... no podían realizar ninguna actividad pública, se les vetaba como actores de la sociedad, se les quitaban tierras, se les aplicaban impuestos... El cúlmen de la tensión llegó cuando el ejército disparó contra una multitud que enarbolaba banderas budistas en una manifestación de protesta. 9 muertos, múltiples heridos.

Con estos antecedentes, el 10 de Junio de 1963, el monje (y líder) budista Thích Quảng Đức, llegó a la concurrida calle de Saigón en la que se ubicaba la embajada con Camboya. Iba en su coche, un Austin Westminster y le seguía una comitiva de unos 350 monjes con pancartas contra el gobierno y su actual política anti-budista.

Dos monjes acompañaban a nuestro protagonista en el coche. Uno le colocó una almohada en el suelo y otro sacó un bidón de gasolina del maletero. Arrodillado sobre la almohada, rociaron todo su cuerpo con la gasolina, recitó las palabras "homenaje a Buda Amitábha" y fué el propio Thích Quảng Đức quien encendió el fósforo y se lo arrojó al cuerpo.

Según David Halberstam, periodista del New York Times que presenció todo, "Mientras se quemaba no movió ni un músculo, no pronunció ni un sonido, su compostura contrastaba con los lamentos de las personas a su alrededor". Otro periodista Malcolm Browne, ganó el premio Pulitzer por la fotografía que dió la vuelta al mundo.


La palabra "Bonzo" viene del japonés y significa "monje". De ahí viene la expresión "quemarse a lo bonzo".

Realizar tal sacrificio como gesto de protesta y defensa de un ideal, con ese nivel de dignidad, exigen un autocontrol y un compromiso que al menos a mi me ha impresionado. Otros cuatro bonzos le imitaron más tarde en su protesta y 6 meses después cayó el régimen de Diệm.

Desde aquí mi reconocimiento a Thích Quảng Đức, se merecía algo más que simplemente 30 segs. y una foto de su coche.

Nha Trang es, es... es como Benidorm (que ningún benidormense se me ofenda), pero en dimensiones XXL. Es un horror turístico en el sentido de desarrollo turístico sin control y con el sentido estético de lo que sería bello para los chinos, es decir, hoteles rascacielíticos, moles hormigoníticas, restaurantes apiñadíticos y marcha noctambulítica. Todos los carteles están en ruso antes que en inglés y es que este sitio parece ser donde todos los ruskys vienen de vacaciones con toda la prole. "Spasiva" antes que "thank you"... no digo más.

¿Y que cojones hacemos en Nha Thang? pues que por suerte o por desgracia es el mejor (por no decir el único) lugar de Vietnam para bucear y ya sabéis que le tenemos cariño al fondo del mar, sobretodo si es bonito.

Para el autobús a traición en una gasolinera y nos indican que ya hemos llegado. Nos bajamos un tanto despistados de la siesta y nos abordan los buscavidas para satisfacer todas nuestras necesidades.

¿Necesitas alojamiento? No, ya tengo ¿Cual? Pues este... ¡ah! los de esa homestay están aquí... aparece un tipo sonriente gritando el nombre de nuestro alojamiento. Sin tiempo para decir chisgarabís, nos montamos en sendas motos (equipaje incluido, faltaría más) y a toque de claxon arremetemos contra el infernal tráfico de la ciudad.

10 mins de tráfico después, paran 50mts antes del hotel y comienza el espectáculo teatral. Money, money... ¿Cuanto? 5 ¿5.000? No, no, money 5 ¿50.000? No, no, money... saca un móvil y escribe 500. ¿500.000? Yes, yes, money...

Os presento el típico timo al turista.. 500.000 dongs, es al cambio unos 25€, un auténtico dineral aquí. Pero a este juego yo ya se jugar.

Cuando me vieron la cara de mala ostia que se me puso, se les cambio también la suya y ya la cosa se puso tensa. Empezaron todos los trucos que sabían para acojonar al turista: gritar, amenazar... y yo gritaba y amenazaba también, claro. En una jugada para llevar la contienda a un terreno más neutral que un callejón, los arrastramos a gritos hasta el hall del hotel.

Los del hotel se pusieron en modo expectante pero neutral y volvimos al juego. Pero claro, con testigos locales el equilibrio ya era otro, así que ya pidieron 200.000... osea estamos negociando ¿no? FuckU! FuckU! peinetas incluidas (son universales). Pues me parece que es el doble de lo que os voy a pagar... así que al final de muy mala gana y forma, aceptaron 100.000 dongs y se fueron entre insultos. Todo teatro. Posiblemente es el doble de lo que cuesta ese trayecto y puedo hacerme el turista y aceptar pagar 2€ de más. Haber aceptado pagar 23€ de más habría sido hacer el primo.

Subimos a la habitación y leo la contraseña de la WiFi "thientruc0". Ahora lo entiendo todo. ;-)

Por cierto, el snorkeling brutal.


Se acabó el rock&roll de Saigón y empezamos con el vals que es llegar a Cat Tien,

En esta zona rural donde las haya, se encaja el Parque Nacional de Cat Tien. Tiene extensión de 72.000 hectáreas, que puede parecer mucho, pero teniendo en cuenta que en su interior viven unas 10.000 personas, que hay elefantes, cocodrilos, grandes herbívoros asiáticos y osos, el conflicto es continuo.

De hecho, alberga una triste historia. En la década de los 90, se descubrieron evidencias de que un grupo de unos 15 rinocerontes javaneses vivían en libertad en su interior. Puede no parecer mucho, pero solo quedaban unos 50 en todo el mundo en dos zonas: aquí y en una reserva de java. El caso es que aunque se hicieron intentos para su conservación, en el 2010 se encontraron los restos del último ejemplar que ha vivido en Vietnam. Había sido abatido de un disparo y su cuerno había sido serrado para el comercio negro de la medicina tradicional china. Hay que joderse.

Otro de los alicientes del parque es ir a ver gibones de mejillas beige. Unos monetes que emiten unos alaridos muy curiosos y que no son fáciles de ver. Hay que ir con guía y estar en la selva a las 4:00am, a la espera de que se despierten y monten el show.

Así que pasamos de guía, pasamos de madrugar (tanto) y nos fuimos por nuestra cuenta a patear el parque. Nos metimos una ruta de 15km y no vimos monos... bueno miento, avistamos uno de refilón, pero verle lo que se dice verle no cuenta, tampoco vimos elefantes, ni llegamos a la charca de los cocodrilos... pero sí vimos fauna.

En concreto vimos, más de cerca de lo que quisiéramos, hirudineos. Viven a ras de suelo y se te suben por el calzado hasta que llegan a tu piel y entonces... Si no sabes como protegerte de estos "simpáticos" bichos, existen múltiples remedios caseros, sal por los zapatos, hojas de tabaco en los calcetines... paparruchas. Impregna de Relec (o Goibi o cualquier otro repelente de insectos con DEET al 50%) tus zapatillas. Se subirán a la goma de la suela, pero no pasarán de ahí. Si estás leyendo esto cómodamente desde el sofá de tu casa, créeme, no estás valorando este consejo en su justa medida, pero lo harás cuando andes entre hirudineos. Cuando llegue ese momento ¡de nada!

Los hirudineos (por si aun no has ido corriendo a buscarlo en Google) son lo que conocemos como sanguijuelas. Ya... ¡puag!

Bueno, la caminata estuvo bien y eso a pesar de la lluvia, del puto barro, de los tábanos, de tener que descalzarnos varias veces para cruzar ríos... pero de repente te encuentras con esto y flipas.




¿Que puede haber más delicado que el vuelo a cámara lenta de una mariposa?

No van a ser apoteósicos todos los días, pero oye, tampoco estuvo mal.

Llamémosle Saigón, puesto que los locales siguen identificándose con ese nombre que les recuerda que fueron capital del país, y no Ho Chi Mihn que recibieron tras la unificación.

El caso es que Saigón, con una población de entorno a los 9 millones de habitantes, tiene 7,4 millones de motos estables, más otro millón de las que "pasan por allí" en cada momento. Con esa cifra, ostenta el actual récord Guinness de mayor densidad de motos.

Cruzar una calle ya es un desafío. Los pasos de peatones señalizados existen, sí, solo porque tenían que gastar la pintura blanca del presupuesto, pero si esperas a que se pare aunque solo sea una moto (o coche) morirás de viejo en la cuneta. Básicamente hay que echar a andar y ellos ya te esquivarán, porque parar no paran, pero esquivan que es un lujo.

El caso es que de ser peatón, prefiero ser motorista, así que planificamos el día siguiente incluyendo el alquiler de una moto y una ruta por las zonas menos turísticas de la ciudad.

Preguntamos en el hotel: alquiler demasiado caro. Preguntamos en un sitio de la calle, 25% más barato pero si no le enseñaba el pasaporte (lo tenía en el hotel) no me dejaba ni tocar la moto. Le mando a zurrir mierdas y encontramos otro sitio un 45% más barato. Vale parece que hemos llegado al lugar adecuado.

Pruebo la moto, le cuesta arrancar y tiende a calarse al ralentí, pero ruedas y frenos están en buenas condiciones (que es lo que importa). Pagamos, le doy los datos, y cuando nos ponemos los cascos y me subo a la moto me doy cuenta de que no tiene espejo retrovisor derecho. ¡Joder! tanto mirar las ruedas y los frenos no me fijé en los espejos. Se lo digo a la señora que apenas habla inglés y me quiere dar 30000VND para que vaya a comprar uno. Me hago el turista y al final la señora pierde la paciencia y me grita "take care of my bussines" mientras se monta en la moto y sale pitando. Vuelve con un espejo, vale es un espejo del lado contrario puesto de cualquier manera pero oye, es un espejo.

Solo me pregunto cómo es posible que funcione un sistema donde miles de entidades personales motorizadas van por donde les parece, interactuando unas con otras, unos rápido, otros menos y algunos coches que van acojonados. Un sistema donde no existen preferencias (bueno si, preferencia la tuya, la importante) y la forma de incorporarse a una calle llena de tráfico es "no paro, entro pitando y el resto se adapta". Pero es que además en la moto no van solo 2, es normal ver 3 y hasta 4 personas. Llevan a los niños al colegio en moto y todo el mundo al menos tiene una. Para que hablar de cargas de bultos imposibles que llevan, en muchos casos abultando más que la propia moto.

El día ha sido intenso, emocionante, lo que viene a ser de locos pero extremadamente divertido. De verdad, no es posible contarlo, porque diga lo que diga, no podréis imaginarlo. Lo mejor es que lo veáis, así que dejo un vídeo del día.



Vietcong. ¿Alguna vez os habéis preguntado el significado? Para mi solo era un nombre, pero resulta que es la contracción del Vietnamita "Việt Nam Cộng-sản" que, como todos sabéis de vuestro vietnamita del colegio, significa "Vietnamitas Comunistas". Y eso es lo que eran, comunistas que vivían en Vietnam del Sur (Republicana) pero que querían unirse a Vietnam del Norte (Comunista).

Era la época de los presidentes Johnson y Nixon (1964-75), y como entonces había pocos insultos más fuertes que llamar a alguien "comunista", pues allí que fueron a ver si conseguían ganar rápidamente la guerra e impedir que el imperio comunista creciera. Como todos sabemos por las películas, se cayeron con todo el equipo a pesar su indudable superioridad bélica. La guerra de guerrillas que planteó el VietCong en la selva equilibraba la contienda, hasta el punto de que los americanos, acosados por el coste de la guerra y la oposición de la opinión pública, se dieron por vencidos tras 11 años de guerra y se fueron de allí.

Los Charlies ganaron. Por cierto, el término "Charlie" viene de las iniciales de VietCong (VC) que es como tenían codificados los americanos el nombre del enemigo. En jerga militar se los llamaba "Victor Charlie" y cuando volaban las balas, se reducía a Charlies. ¿No lo sabías? pues para eso estamos.

No es que los americanos no intentaran acabar con los Charlies. Lo intentaron todo: deforestar la selva con agente naranja (un defoliante), bombardeos masivos (8 millones de toneladas de explosivos), campañas con decenas de miles de hombres rastreando la selva, pero no los encontraban y apenas entraban en combate con ellos. Sin embargo, los Charlies los encontraban a ellos cuando querían. Literalmente salían de debajo de la tierra, disparaban y desaparecían. Eso me lleva al tema de los túneles.

El VietCong creó en 20 años una red de túneles de más de 250km. Tenía hasta pueblos enteros bajo tierra. Eran túneles ocultos para que no los encontraran los americanos, pero cuando estos los localizaban, tampoco podían hacer mucho porque eran a medida vietnamita y los americanos cabían difícilmente. Y si entraban, se los encontraban llenos de trampas mientras el enemigo salía por otra salida y les disparaba.

En fin, que esto fue un infierno y es fácil hacerse una idea de hasta qué punto, mientras nos arrastramos por los túneles de Cu Chi al norte de Saigón. Aunque son más grandes que los originales para no perder a ningún turista durante la experiencia, son estrechos de cojones, claustofóbicos y. solo se cabe en cuclillas con las paredes rozando tus hombros y cabeza. Al que escribe estas líneas, metido en un angosto túnel de tierra, con poca luz, gente nerviosa por delante y por detrás y tras unos 80mts andando en cuclillas... le hubiera gustado poder decir aquello de "no siento las piernas". Obviamente no fue así.

Dicen que todos estamos conectados en seis niveles. Sin llegar tan lejos, hoy me ha pasado una serie de casualidades que me lleva a pensar que algo de eso hay.

Estaba en el Cabo de Gata y hacía un viento de poniente tremendo (rachas de 70-80kms/h), así que huyendo de él cogí la moto y me fui a desayunar al pueblo de San José

Una tostada entera y dos cafés con leche después, cogí la moto para dirigirme al pueblo de Las Negras. Circulaba por una calle, cuando un pequeño scooter me pego una lijada. Joder, como van los locales, pensé. El caso es que cuando llegué a la rotonda de salida, me encontré el scooter tirado y al conductor tumbado en el suelo sin moverse. Detuve mi moto delante del tipo para hacerle parapeto del tráfico que pudiera venir y fui a auxiliarle mientras le decía a un chico que también se había parado, que llamara a una ambulancia.

"Ay, ay" decía el hombre. Debía tener como unos 65. Tenía rasponazos en la cara y las manos y se cogía el costado con dolor. Parecía un poco desorientado y no me contestaba a lo que le preguntaba. Estará conmocionado, pensé... pues no, era alemán. Cambié al ingles y le pregunté como estaba. "No english" me dice. Intenta levantarse a pesar de mis esfuerzos por que se quede quieto (puede tener una costilla rota). El chico que ha llamado al 112 me dice que viene una ambulancia. "No ambulance, no ambulance..." El hombre se iba recuperando y finalmente le ayudamos a levantarse. Usando mi gesti-alemán (reminiscencias de mi gesti-chino) mantuvimos una charla animada. Aunque quería irse, no le dejé y le lié charlando hasta que llegó la guardia civil. Les conté lo que había pasado y ya con la autoridad competente allí me despedí de él "Danke, danke" me decía y me dio un (para él) doloroso abrazo.

El caso es que seguí mi camino y solo 5kms más allá veo una furgoneta parada delante. De repente cae como un fardo alguien a la cuneta. ¡Joder! paro la moto al lado de la furgoneta y veo a una señora mayor en el suelo y el conductor que ha salido de la furgoneta intentando ayudarla. Situación confusa, no se si el marido la está zurrando o es que la mujer se ha caído de verdad. El conductor parece tranquilo. Le pregunto a la señora y me hace un gesto de que está bien. Me decanto por la caída. Ha sido el puñetero viento al abrir la puerta de la furgoneta. Sigo adelante.

Cuando llego a Las Negras, mientras estoy comiendo, entablo conversación con un guiri y surge el tema del accidente de moto. "¡Es mi amigo Hans!" me dice "¡Gracias por ayudarle!". Me cuenta que ha hablado por teléfono con él y aunque tiene un golpe fuerte en el costado, no es grave. Me quiere invitar a beber, se lo agradezco pero rehúso porque tengo que coger la moto, Que fuerte, el mundo es un pañuelo, pienso mientras me dirijo al pueblo de La Isleta.

Allí me tomo un café mientras leo un rato, pero termino hablando del tiempo con la señora que atiende. "Menudo tiempo" me dice, "pues si, si le cuento que hoy el viento ha tirado a una señora de una furgoneta". La señora se queda pensativa... "¿Una señora mayor, con bolso y con un pañuelo en la cabeza?" me pregunta. "Justo". "Pues es mi tía Berta. Vende lotería por los pueblos y hoy ha venido un poco agitada y despeinada. Cuando la he preguntado no me ha querido decir nada". Alucino pepinos. No me quiere cobrar el café.

Al final no he querido investigar más, pero en un día de casualidades como este, estoy seguro de que Hans y la tía Berta tenían un pasado común y gracias a haber superado el día de hoy... un futuro.


Se dice que todo tiene un límite... ¿todo? ¿has vivido una semana de fallas?

Lo primero que notas al llegar es el ruido. Explosiones por todos lados, pequeñas, medianas y grandes. Huele a pólvora y cuando vas a girar la esquina de una calle dan ganas de asomarte antes, no sea que te estés metiendo en una manifestación y la policía esté cargando con balas de goma.

Pero no, giras la esquina y lo que te encuentras a es a quienes recogen el sentimiento y la esencia de Las Fallas... las falleras. Con esos trajes tan elaborados, donde no cabe un bordado más y sus característicos peinados y tocados en forma de ensaimada que tanto llaman la atención. El precio de un traje "arranca" en los 2000€, pero llegan a verdaderas fortunas... no hay límite.

Al lado de cada fallera, esta el fallero. El origen de las vestimentas falleras, son los trajes tradicionales valencianos y aquí que nadie se enfade, pero si la fallera ha pasado de agricultora a princesa, el fallero no. Ni falta que hace oiga, pero llama la atención el desfase de genero en la moda.

¿Y entre la fallera y el fallero que encontramos? pues una falla. Todo el mundo sabe lo que son, que luego las queman y todo eso, pero no todos las han visto en persona. Es difícil hacerse una idea de la complejidad, calidad y saber hacer artesano que los maestros falleros vuelcan en cada representación. Satira, burla, crítica, humor, sainete, denuncia... todo cabe, no hay límites. Todo un año de trabajo en los talleres para que las fallas estén listas cada año, llenas de detalles sin límite para al final quemarlas. Me van a perdonar, llamativo es, pero esto aun no lo entiende nadie. Aunque poniendo la mente a imaginar, tener que guardar las fallas de un año para otro es un lio. Por otro lado, enseñar las mismas fallas todos los años, igual no atraía a cientos de miles de personas... ¡A tomar por saco! ¡Bien quemadas están! ¡Viva el espectáculo! la fallera llorando a moco tendido y los bomberos regando las paredes de las casas para que no se queme la ciudad entera y ruido, mucho ruido...



Y hablando de ruido. La cultura del ruido, aquí se mama desde pequeño. Los niños de 8-12 van con sus cajas de petardos (acompañados por los padres) iniciándose en el arte de meter ruido y existe toda una progresión del petardeo, que va graduando la intensidad de los pepinazos en función de la edad. Todo va encaminado a la manifestación máxima del ruido por el ruido, osea la mascletá.

La mascletá es un espectáculo que no se puede explicar, hay que sentirlo, hay que experimentarlo, hay que vivirlo. No se puede contar (aunque lo estoy intentando) lo que es escuchar la "música" que componen los pirotécnicos a base de explosiones de "masclets". Durante algo más de 5mins, el suelo se mueve (no es una forma de hablar), sientes las explosiones en tu propio cuerpo, la gente chilla, se emociona, salta y cuando la última traca, la más fuerte, roza los 140 decibelios... todo cesa. Solo las alarmas de los coches sonando y los aplausos de la gente quedan flotando entre las nubes de pólvora quemada. Me cruzo con un guiri que se aleja desbocado al grito de "this people is crazy".

El único asomo de cordura es que en esto, si hay límite. En concreto no se pueden usar más de 120Kg de pólvora en una mascetá. De no ser así, los valencianos volarían la ciudad entera... total se podrían tirar el resto del año para volverla a reconstruir.